LA VENUS DE WILLENDORF
Por Nacho Ares nachoares
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Con el nombre de "2008 Das Venusjahr" (2008 el año de la Venus), los austriacos quieren dar a conocer una de sus piezas arqueológicas más importantes de la Prehistoria. La Venus de Willendorf fue descubierta en el mes de agosto de 1908 por el arqueólogo Josef Szombathy, cerca de la localidad austriaca de Willendorf in der Wachau, a unos 70 kilómetros al noroeste de Viena, en la rivera izquierda del Danubio, de donde toma su nombre. El lugar es considerado un verdadero archivo del clima prehistórico, en donde se puede indagar la evolución del mismo durante un periodo de 35.000 años. El hallazgo se produjo durante una excavación en un lugar en donde se iba a construir una vía de ferrocarril. La "Venus" tiene una antigüedad de unos 25.000 años y se encuentra entre las representaciones más antiguas de una mujer. Su carácter único hizo que durante los casi 90 años siguientes no estuviera expuesta al público y solamente fuera estudiada por especialistas. En este tiempo estuvo conservada en un sótano del Museo de Historia Natural de Viena (Naturhistorisches Museum, NHM).
Sólo en 1999 se decidió ser mostrada al público. En aquella fecha los encargados del museo construyeron un marco adecuado, con todas las medidas de seguridad pertinentes, para poder conservar perfectamente la pequeña escultura y que, además, pudiera ser disfrutada por el gran público. Desde entonces se ha convertido en uno de los atractivos más importantes del NHM. La noticia más antigua de su hallazgo aparece en un artículo del antropólogo de la Universidad de Yale (Estados Unidos) George Grant MacCurdy (1863-1947). Grant se encontraba en Viena en el verano de ese año. En aquel momento la mayor parte de los objetos descubiertos en la excavación de Szombathy en Willendorf, estaban todavía empaquetados y almacenados en el NHM. El arqueólogo austriaco tuvo la gentileza de enseñarle la figura de la Venus. La publicación del americano hizo correr como la pólvora el sensacional
hallazgo de la representación prehistórica en bulto redondo de una mujer, la más antigua descubierta hasta la fecha.
No hay fotografía que haga justicia a esta figura. La Venus de Willendorf se encuentra en la mente de todos, gracias a sus continuas referencias en los libros de texto sobre Historia del Arte, Prehistoria o Arqueología. Sin embargo, insisto, hasta que uno no se pone frente a frente con esta pequeña estatuita de apenas 11,5 centímetros de altura no se es consciente de su grandiosidad. Está esculpida en piedra caliza muy porosa de tipo oolítica, que no se encuentra en la región en donde fue descubierta ahora hace un siglo. En origen debió de estar cubierta de ocre rojo, pigmentación que solamente ha conservado en muy escasas partes de su anatomía. Los expertos señalan que la escultura se trabajó con herramientas de piedra y que seguramente no fue labrada en las cercanías de Willendorf sino en otro emplazamiento, hoy desconocido, de donde fue "importada". La Venus de Willendorf ofrece la imagen de una mujer muy gruesa completamente desnuda. No tiene rasgos faciales y sobre la cabeza solamente se ve una especie de gorro, una peluca formada por trenzas o un complicado peinado que parece cubrirle por completo la cabeza. Sus formas son exageradamente voluminosas (esteatopigia). Dos brazos muy delgados descansan sobre sus enormes pechos que a su vez se precipitan sobre un vientre descomunal. Bajo él una vulva bien definida se abre entre dos muslos de la misma talla que el resto del cuerpo. La espalda de la mujer está trabajada con igual esmero. Del conjunto destacan sobremanera dos enormes nalgas. Por último, no se conservan los pies de la figura, si es que alguna vez los tuvo. Además de ser la primera descubierta, es la que ha llegado hasta nosotros en mejor estado de conservación y la que puede ser fechada con cierta verosimilitud debido a un entorno arqueológico muy claro.
Más problemas que la Venus de Willendorf ofrecen otras figuras descubiertas en la década de 1920 y 30 en el Pirineo francés, Moravia y Rusia, ya que están incompletas. Hoy la conocemos con el nombre de Venus, gracias a la idea generalizada en un principio de que este tipo de figuras reflejaban un ideal de belleza de la mujer en época prehistórica. Realmente, es un argumento muy pretencioso querer simplificar un concepto, seguramente mucho más complicado, con ideas de este tipo. No son pocos los investigadores que han señalado lo absurdo de
esta posibilidad como es el caso de Christopher Witcombe, profesor de la Sweet Briar College, en Virginia (Estados Unidos). Otros piensan, por el contrario, que en la Prehistoria debería ser extremadamente raro encontrar personas de una obesidad tal. De haberlas, serían producto de alguna enfermedad como la de Cushing, hipotiroidismo, o disfunción de la pituitaria. No obstante, sea cual sea el origen, es obvio que el escultor tuvo que tener un modelo del que copiar, ya que nadie se inventa unos rasgos tan definidos en una patología determinada si no cuenta con un referente claro para reproducirlo. Este detalle echa por tierra la hipótesis de que en la Prehistoria no había mujeres gruesas, idea que también ha sido propuesta (ver recuadro). La existencia de una generalizada desnutrición, el que las mujeres no superaban los 30 años, reduciéndose así las causas que ayudarían a la obesidad como la menopausia, son elementos que hay que tener en cuenta para buscar una solución al problema. Si dejamos de lado la idea de la representación de un ideal de belleza prehistórico, no son muchas más las posibilidades que nos quedan. Otra de las posibilidades es ver en la mujer de Willendorf una representación de la Madre Tierra. Al no haber paralelismos ni elementos que realmente justifiquen esta idea, no deja de ser una simple posibilidad.
Las otras reflexiones que se han hecho sobre el significado de esta Venus están de alguna forma relacionadas con esta idea especulativa de la fertilidad. Hay quien ha señalado que podría representar un estatus social en la sociedad cazadora recolectora del Paleolítico Superior, hace más de 20.000 años. Este tipo de amuletos estarían también relacionados con la idea de bienestar y protección en ámbitos de comportamiento social que, sin lugar a dudas, hoy se nos escapan de las manos. Más psicalíptica es la idea de que pudo haber sido un amuleto para favorecer la fertilidad y que se introducía en la vagina de las mujeres para transmitir así su poder de reproducción. Se haría, al parecer, durante complicados rituales de reproducción que, una vez más, se nos escapan totalmente de nuestro entendimiento. Quizá el hecho de crear esculturas de mujeres gordas suponía precisamente el deseo de generar amuletos que acabaran con hambrunas, una idea que se aleja de la teoría tradicional de entender estas figuras como iconos de la fertilidad. Sin embargo, es extraño que las figuras aparecidas hasta la fecha solamente representen a mujeres y nunca a hombres.
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Publicado por VRedondoF para HISTORIA el 7/23/2008 10:42:00 AM