"Hace nueve meses tenía un tumor inoperable de pulmón pero ya estoy curado"
@Dr. Ramón Colomer, Director Médico y de Investigación de MD Anderson - 08/10/2008
"Hace nueve meses tenía un tumor inoperable de pulmón. Después del tratamiento ha desaparecido por completo; y con una quimioterapia con la que no he perdido peso, no he sentido nauseas ni se me ha caído el pelo". El testimonio de D. H., paciente de nuestro centro, resume mejor que cualquier tratado de oncología que el cáncer puede curarse y que es posible superarlo sin sufrimiento, o manteniendo unos niveles de calidad de vida muy superiores a los que se cree. Como D. H., miles de personas a quienes se les ha diagnosticado un cáncer han plantado cara a la enfermedad y la han superado, o han conseguido cronificarla.
Pero todas las técnicas quirúrgicas, los tratamientos farmacológicos y radiológicos, toda la formación de los oncólogos, cirujanos, personal de enfermería, etcétera, sirven de mucho menos si no es el enfermo el que da el primer paso en la carrera contra el cáncer. Por eso uno de los caballos de batalla de los oncólogos, y en general de cualquier institución dedicada al tratamiento del cáncer es intentar extraer del subconsciente y del consciente colectivo el miedo enfrentarse a un cáncer: máxime cuando esa posibilidad es alta dada la importante prevalencia de estas patologías en la población occidental.
El miedo al cáncer es la primera causa de muerte por cáncer: tanto en lo concerniente al ánimo con que se afronta la enfermedad (que es la parte, importantísima, que el enfermo aporta, para bien o para mal, en la curación), como en lo relativo a la prevención y el diagnóstico precoz, que es el "tratamiento" más eficaz en la lucha contra el cáncer. Las posibilidades de curación son exponencialmente mayores tras un diagnóstico precoz. Esto, se me dirá, ya lo sabe todo el mundo, pero los índices de exámenes preventivos siguen siendo demasiado bajos. Basta con ir a la clínica a que se le realice un sencillo chequeo y aumentar radicalmente las posibilidades de curación o supervivencia, o de irse a casa con la seguridad de que no padece la enfermedad. La segunda zancada en esta carrera es, pues, la prevención y el diagnóstico precoz.
@Dr. Ramón Colomer, Director Médico y de Investigación de MD Anderson - 08/10/2008
"Hace nueve meses tenía un tumor inoperable de pulmón. Después del tratamiento ha desaparecido por completo; y con una quimioterapia con la que no he perdido peso, no he sentido nauseas ni se me ha caído el pelo". El testimonio de D. H., paciente de nuestro centro, resume mejor que cualquier tratado de oncología que el cáncer puede curarse y que es posible superarlo sin sufrimiento, o manteniendo unos niveles de calidad de vida muy superiores a los que se cree. Como D. H., miles de personas a quienes se les ha diagnosticado un cáncer han plantado cara a la enfermedad y la han superado, o han conseguido cronificarla.
Pero todas las técnicas quirúrgicas, los tratamientos farmacológicos y radiológicos, toda la formación de los oncólogos, cirujanos, personal de enfermería, etcétera, sirven de mucho menos si no es el enfermo el que da el primer paso en la carrera contra el cáncer. Por eso uno de los caballos de batalla de los oncólogos, y en general de cualquier institución dedicada al tratamiento del cáncer es intentar extraer del subconsciente y del consciente colectivo el miedo enfrentarse a un cáncer: máxime cuando esa posibilidad es alta dada la importante prevalencia de estas patologías en la población occidental.
El miedo al cáncer es la primera causa de muerte por cáncer: tanto en lo concerniente al ánimo con que se afronta la enfermedad (que es la parte, importantísima, que el enfermo aporta, para bien o para mal, en la curación), como en lo relativo a la prevención y el diagnóstico precoz, que es el "tratamiento" más eficaz en la lucha contra el cáncer. Las posibilidades de curación son exponencialmente mayores tras un diagnóstico precoz. Esto, se me dirá, ya lo sabe todo el mundo, pero los índices de exámenes preventivos siguen siendo demasiado bajos. Basta con ir a la clínica a que se le realice un sencillo chequeo y aumentar radicalmente las posibilidades de curación o supervivencia, o de irse a casa con la seguridad de que no padece la enfermedad. La segunda zancada en esta carrera es, pues, la prevención y el diagnóstico precoz.
El tercer paso es la investigación; sin ánimo de extenderme en los procedimientos, técnicas quirúrgicas o hallazgos concretos en el campo de la farmacología, hoy no estaríamos hablando del cáncer como una enfermedad curable sin los grandes recursos humanos y económicos dedicados a la investigación. MD Anderson es el centro de referencia mundial en tratamientos oncológicos precisamente por su íntima vinculación con la Universidad de Texas, cuna de la investigación sobre el cáncer; solo así es posible llegar al nivel de excelencia al que se ha llegado en Houston y también aquí, en MD Anderson España, única filial de la Institución fuera de los Estados Unidos.
Ganar la carrera al cáncer significa cambiar el temor por la esperanza y el miedo por la determinación de vivir manteniendo la calidad de vida. Del resto nos ocupamos los especialistas. Se puede ganar la carrera al cáncer, y para hacerlo hay que empezar a andar.
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Publicado por VRedondoF para SALUD el 10/08/2008 03:59:00 PM