@Ana Victoria Suárez.- - 01/02/2008
Pese a que el mensaje de la pandemia de obesidad en los países desarrollados resulte machacón, lo cierto es que los riesgos son altos y no sólo desde el punto de vista de la salud de las personas, sino también de la economía. Al contrario que en EEUU, Europa carece de estudios que analicen profundamente los costes sanitarios y económicos a los que nos enfrentamos. Para rellenar este hueco, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada ha lanzado el informe An Economic Analysis of Obesity in Europe: Health, Medical Care and Absenteeism Costs, (Análisis Económico de la Obesidad en Europa: Salud, Cuidados Médicos y Costes del Absentismo) elaborado por Anna Sanz de Galdeano, de la Universidad de Gerona.
Sanz de Galdeano recuerda como en EEUU, la obesidad forma ya parte del debate político y de la investigación académica. La incidencia de la obesidad en la gran potencia es del 31,1% en el caso de los hombres y un 33,2% en las mujeres norteamericanas, tasas que corresponde sólo al periodo entre 2003 y 2004. Casi un tercio de la población sufre sobrepeso u obesidad, el doble que en toda la década de los setenta. En Europa, la preocupación ha llegado recientemente. Fue en 2002 cuando se celebró una minicumbre entre los ministros de Sanidad de la Unión Europea en Dinamarca en la que se concluyó que la obesidad era toda una amenaza.
Según la organización International Obesity Taskforce, con sede en Londres, la obesidad se ha convertido en una pandemia y, aunque existen diferencias entre países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cifrado la media entre el 13 y 23% de la población mundial. La OMS determina que de no poner medidas, aproximadamente el 20% de los adultos y el 10% de los niños y adolescentes serán obesos en 2010. Asimismo, esta organización reconoció en 2000 a la obesidad como enfermedad y como riesgo sustancial de otras enfermedades crónicas que tienen relación directa con los costes de morbilidad y mortalidad. Y estos costes los tienen que sufragar los ciudadanos obesos y los no obesos.
La autora basa su informe en las estadísticas de la OMS y la European Community Household Panel (ECHP) que estudia la población entre 15 y 75 años entre los años 1998 y 2001 de nueve países de la Unión Europea: Dinamarca, Bélgica, Irlanda, Italia, Grecia, España, Portugal, Austria y Finlandia. En ambos casos, España lidera el porcentaje de población obesa: en 1998, el 29% y 24,8% de las españolas y españoles, respectivamente, de mediana edad padecían obesidad según la OMS, un 17,43% y 17,21% en el caso de la ECHP, seguido de Finlandia y Grecia. La menor incidencia se registra en Italia y Austria.
En otro orden de cosas, los datos obtenidos también demuestran una relación directa con la probabilidad de tener mala y muy mala salud, aunque por el momento los mayores porcentajes se sitúan en la tasa de enfermos crónicos. Estos efectos se ven más en las mujeres que en los hombres, lo que algunos expertos, citados por la autora, explican porque las féminas sufren en sí más dolencias y acuden más al médico.
Perspectiva económica
Desde una perspectiva económica, el sobrepeso y la obesidad crea costes en los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento (servicios de asistencia física y farmacológica). Recientes encuestas EEUU mostraron que el gasto sanitario en adultos obesos era un 37% mayor que en individuos con un peso normal y que subía anualmente entre un 5 y un 7%.
En Europa, el impacto en la economía se ha medido en número de visitas al médico, bien atención primaria o especialista en a lo largo de 2007. A la vista de los resultados, el número de visitas de los individuos obesos supera a los sanos siempre y en todos los países en hombres y mujeres. Los índices de visitas al especialistas confirman que la obesidad está siempre directamente relacionada con la demanda de servicios médicos.
Al coste económico sanitario, se une el decrecimiento y restricción de la productividad y el absentismo laboral. El caso del absentismo no había sido estudiado hasta ahora y se ha conseguido midiendo el número de días que los trabajadores se ausentaron de sus puestos de trabajo por enfermedad u otras razones. Al igual que en el caso de las visitas médicas, el absentismo es mayor en las mujeres y sobre todo en Portugal y España. El 78% de las portuguesas y el 74% españolas con problemas de obesidad tuvieron que ausentarse de sus puestos de trabajo en el periodo estudiado.
Los riesgos en la salud
Los riesgos de la obesidad son el aumento de las muertes prematura y el deterioro en la calidad de vida (osteoporosis, problemas respiratorios, complicaciones en los embarazos, irregularidad menstrual e infertilidad). Las mayores amenazas de enfermedades crónicas engloban la diabetes, las enfermedades coronarias, la hipertensión y ciertos tipos de cáncer (colon, endometrio y mama).
Un reciente estudio en EEUU de 2002 mostraba cómo el aumento de la obesidad superaba los requerimientos de cuidados médicos que en el caso del tabaquismo y alcoholismo. De ahí la relevancia de la prevención, tratamiento y mantenimiento de la salud y calidad de vida.
Llegados a este punto, la autora recuerda que diversos estudios entre países en los que se diferenciaba el nivel educacional y nivel de vida, los ciudadanos del Norte de Europa parecen estar más informados sobre las consecuencias de la obesidad y toman más precauciones de cara al futuro que en los países del Sur.
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Publicado por Vredondof para SALUD el 2/01/2008 02:17:00 PM