NOTA de Vredondof : los "americanos" son la OSTYA .
La comparacion entre LO QUE DICEN o HACEN sus politicos y SUS CONSECUENCIAS con lo que DICEN nuestros politicos ... no resiste NI UN COMENTARIO siquiera.
La asesora que llamó monstruo a Hillary
@Elena Herrero-Beaumont. Chicago.- - 14/03/2008 06:00h
La semana pasada, Samantha Power, la joven dispuesta a transformar el papel de Estados Unidos en el mundo, cometió una imprudencia que la obligó a dejar su puesto de asesora de política exterior del candidato a la Casa Blanca, Barack Obama.
"Lo siento, lo siento mucho...fue un lapsus mental," dijo Power a la amplia audiencia que acudió el martes a su charla patrocinada por el Chicago Council on Global Affairs. "Sé que estoy en tierra de Obama y agradezco enormemente que hayáis venido y me deis vuestro apoyo".
La profesora de Harvard y afamada periodista, galardonada con un premio Pulitzer por su libro sobre el papel de Estados Unidos en los genocidios, se estaba disculpando por la metedura de pata que cometió la semana pasada en una entrevista con el diario británico, The Scotsman, en la que Power afirmó extraoficialmente en referencia a Hillary Clinton: "es un monstruo; se rebaja a cualquier cosa".
El diario eludió el deber periodístico de no publicar los comentarios que Power hizo con carácter extraoficial, colocándolos en su portada del viernes pasado. La oleada de críticas no tardó en llegar y obligó a la polifacética pelirroja a disculparse ante Clinton y a abandonar su papel de asesora de política exterior en la campaña de Obama.
Si Power, de 37 años, hubiera omitido estas palabras, probablemente Obama la hubiera nombrado la próxima Secretaria de Estado, en caso de salir elegido presidente en noviembre. Aunque su imprudencia la haya imposibilitado para el cargo, sus principios, sin embargo, resonarán en la política exterior del actual candidato.
Según Power, el principal reto al que se enfrenta Estados Unidos es el de restaurar su imagen en el exterior y recuperar la legitimidad moral que antes permitía al país intervenir en conflictos como el de Darfur sin ser juzgado de incongruente por el resto de los países.
"Es muy difícil estar a favor de parar un genocidio el lunes, y el martes a favor del `waterboarding´ como método de tortura," dijo Power en referencia a las contradicciones de la actual política exterior norteamericana.
Cómo resolver los conflictos mundiales
Los principios que nutren la política exterior de Power están inspirados en la extraordinaria labor humanitaria de Sergio Vieira de Mello, un carismático diplomático de las Naciones Unidas que falleció en el 2003 en un atentado contra la embajada de Estados Unidos en Bagdad. Power acaba de publicar una biografía del diplomático fallecido, de quien aprendió una serie de lecciones sobre cómo resolver los conflictos mundiales actuales.
"Sergio era una mezcla de James Bond y de Bobby Kennedy," dijo Power a la audiencia. "De Bond tenía esa especie de adicción al conflicto y de Kennedy un enorme idealismo".
Power aprendió de Vieira de Mello que en la lucha antiterrorista, el miedo, que tanto abunda en la sociedad norteamericana y en otras sociedades occidentales, es un mal consejero. Para la intelectual, hay que recuperar esa "Libertad frente al Miedo", que defendió Roosevelt en plena Segunda Guerra Mundial. Pero esta libertad no podrá realmente hacerse efectiva hasta que no existan mecanismos que garanticen la seguridad ciudadana. Por ello es necesario realizar inversiones en instituciones legales, en cárceles y en una estructura policial adecuada.
"Nos gastamos enormes sumas de dinero en campañas electorales," dijo Power. "Y, mientras, se ha dedicado muy poco tiempo y dinero en policía y cárceles."
Cuando Obama habla de la necesidad de negociación con los terroristas, con los malhechores, el candidato demócrata está realmente hablando de una de las convicciones más firmes de Power, a su vez inspirada en Vieira de Mello. "Jamás debemos tener miedo a negociar. ¿De qué tenemos miedo? ¿Tenemos miedo de Ahmadinejad?" gritó Power en uno de los mítines políticos antes de su dimisión.
Representantes de la derecha norteamericana consideran absurdos e ingenuos los ideales de Power. Pero un elevado número de votantes está demostrando en las urnas que tiene sed de cambio y conecta con la idea de que América estaría más segura en el mundo y se enfrentaría a menos amenazas si practicara los principios del llamado 'Soft Power', contrarios al militarismo radical que profesa la actual administración de George W. Bush.
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Se trata de un fenómeno recurrente en la vida política de Estados Unidos, cuyos protagonistas levantan la bandera de la transparencia y el puritanismo
Ashley hizo perder la cabeza a Spitzer
Agraviada
compañera Esposa resignada; político pecador
Silda Wall Spitzer no dijo ni pío cuando apareció junto a su esposo, Eliot Spitzer, en los actos en los que el ex gobernador de Nueva York se disculpó y dimitió por su relación con una prostituta, pero ha desatado un acalorado debate. Su demacrada imagen acaparó estos días portadas de periódicos y programas de televisión.
¿Hizo lo correcto? ¿Por qué no se quedó en casa? ¿Fue lo mejor para sus hijas? ¿Qué habría hecho yo? Esas y otras preguntas son las que se hacen estos días muchas mujeres estadounidenses.
Entre las que ya se han visto en su pellejo, está la senadora demócrata Hillary Clinton, que también acompañó a su marido, el entonces presidente Bill Clinton, cuando éste entonó en público el mea culpa por el romance con la becaria Mónica Lewinsky.
"Cuando tu mujer o tu familia está contigo eso sugiere que alguien próximo a ti te quiere y piensa que vales la pena", expresó Eric Dezenhall, un consultor de gestión de crisis, en declaraciones al diario The Washington Post.
Silda volvió a protagonizar el ritual, cuando Spitzer anunció esta semana la dimisión tras uno de los mayores escándalos sexuales en la reciente historia política estadounidense.
"La gente se apresura a juzgarla, pero ese es el trato que se hace cuando uno decide dejar su carrera para que el otro siga la suya", citó Joanna Coles, directora de la revista femenina Marie Claire.
Otras posturas como la del diario The Washington Post se preguntaban cuándo "la mujer agraviada" tendrá un momento de lucidez y asestará un muy merecido guantazo al infiel, y supuestamente arrepentido, esposo.
Todo estalló el lunes recién pasado, cuando se difundieron versiones de que Spitzer, de 48 años y padre de tres hijas adolescentes, gastó miles de dólares por los servicios de la prostituta Ashley Alexandra Dupre, de 22 años, bajo el nombre de Kristen, en el ostentoso hotel Mayflower, en Washington, la víspera del Día de San Valentín.
La investigación contra el gobernador —heredero de una fortuna multimillonaria de bienes raíces en Nueva York— empezó hace meses cuando el poderoso Servicio de Recaudación Fiscal detectó transferencias frecuentes en efectivo desde varias cuentas bancarias.
Cliente 9 es la forma en que Spitzer era identificado en los documentos judiciales que detallan sus contactos telefónicos, grabados por el FBI, con la red de prostitución Club de los Emperadores, que en su catálogo por Internet clasificaba a las chicas en función de sus atributos y de su precio, entre uno y siete diamantes.
Otros casos
El ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton casi pierde el cargo en 1998 por una aventura con la joven Mónica Lewinsky, el precandidato demócrata favorito Gary Hart se retiró de la pugna por la Casa Blanca en 1988 por una relación extramarital, y decenas de legisladores, gobernadores o jefes de empresa cayeron por razones similares.
Impregnados de principios éticos heredados del puritanismo, los estadounidenses los transfieren a veces a la esfera política y esperan poder exigir de sus líderes que sean irreprochables en la vida privada.
"El público estadounidense espera de sus funcionarios electos estándares muy altos en materia de conducta moral", explicó Costas Panagopoulos, profesor de ciencias políticas en la universidad Fordham de Nueva York.
En las últimas tres décadas, los anales registran por lo menos 50 escándalos sexuales en la vida política de Estados Unidos.
La revelación de que Spitzer era cliente de una red de prostitutas de lujo desencadenó una ola de indignación nacional y el gobernador demócrata buscó inicialmente la redención con el remedio habitual: arrepentirse en público.
Junto a su esposa Silda, frente a las cámaras de televisión que transmitieron la contrición a la nación entera, el Cliente 9 del Club de los Emperadores ofreció perdón en directo a su familia y al Estado.
Silda Spitzer, de 50 años, se graduó de abogada en la Facultad de Leyes de la Universidad de Harvard, donde conoció a su esposo.
Pero la fórmula que funcionó en el caso de Clinton y otros protagonistas de escándalos, en el caso de Spitzer no fue suficiente y el gobernador, bajo la amenaza de una destitución de los republicanos, renunció el miércoles último.
"En el caso de Spitzer, la hipocresía era palpable", expuso John Zogby, que dirige un instituto de encuestas, según el cual, el gobernador "no estaba en posición de esperar perdón, porqué el nunca, jamás, había perdonado", debido a que cuando fue fiscal y gobernador siempre levantó la bandera de la moral y la transparencia.
Víctima de la tecnología
La profesión más vieja del mundo emplea los últimos trucos de la tecnología del siglo XXI, debido a que el escándalo que hundió a Spitzer sacó a la luz el funcionamiento moderno de la prostitución: mensajes de texto para registrar las llegadas del cliente, transferencias electrónicas de fondos y atractivos portales de Internet con fotos, precios y categorías.
Ashley Alexandra Dupre acaparó portadas de los medios neoyorquinos, donde incluso aparece fotografiada casi desnuda. El sensacionalista New York Post reserva cuatro páginas a esta prostituta de lujo y le dedica por entero la portada, en la que aparece tapándose los senos con ambas manos bajo el titular "Bad Girl" (chica mala).
Una cobertura igual de extensa aunque más recatada hizo el diario Daily News, incluidos los medios considerados "serios", como The New York Times y The Wall Street Journal.
La revista Penthouse quiere a Ashley en su portada; todos los medios de información del mundo quieren una entrevista, y su música (porque también canta) está siendo descargada (en Internet) a un ritmo que nunca podría haber imaginado, publicó el Daily News, que afirma que uno de sus temas, What we Want (Lo que queremos), ya se ha difundido en la radio a nivel nacional.
La prensa le atribuye a Ashley ganancias superiores al millón de dólares con sus dos canciones What we want y Move Ya Body (Sacude tu cuerpo) que se pueden obtener en www.amiestreet.com a US$0.98 centavos cada una.
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Publicado por Vredondof para POLITICA el 3/16/2008 07:39:00 AM