¿Nueva democracia? | |
Por Abel Álvarez Castelao, Ingeniero Industrial ponferradino. | |
Actualizado el 26/11/2008 a las 20:47(CET) | |
El sistema actual de democracia se basa, a parte de en la Constitución, en el sistema electoral. Actualmente el sistema electoral se basa en el voto, libre y secreto, que realizan los ciudadanos, y que se lleva a cabo en España cada cuatro años. Es el mejor sistema conocido para ejercer la democracia, pero actualmente, con las herramientas que tenemos -burocracia, tecnología-... podría haber un sistema mejor. El mayor problema del voto actual es el periodo que transcurre entre cada votación -cuatro años-. En este periodo los ciudadanos NO podemos ejercer la democracia, tenemos que esperar hasta casi cuatro años para poder decidir nuestro gobierno, y de aquí surge el descontento en el sistema actual, que no podemos ejercer una influencia directa en la política, sólo cada cuatro años. También me parece potencialmente peligroso -esto es sólo una opinión- que ciertos cargos públicos los ejecuten políticos, como por ejemplo el Ministro de Sanidad, y el Ministro de Cultura, y me parece sorprendente el hecho circunstancial -a veces no tanto- del cambio de carteras; se cambian carteras como si fuesen cromos, cosa que no puedo entender, ya que la gente que debería dirigir algunas de estas carteras, tendrían, a mi entender, que ser expertos en el campo que van a tratar, y dudo bastante que algunos de los actuales políticos sean expertos en disciplinas tan distintas. VOTO CONSTANTE Si pudiéramos emitir nuestro voto continuamente podríamos ejercer una mayor presión en las decisiones políticas, que al fin y al cabo terminan repercutiendo en nosotros mismos. La idea del voto constante consiste en que cada ciudadano realice su votación, y se quede registrado -garantizando el anonimato, cosa posible- y esa votación será válida hasta que el propio ciudadano decida que ya no está de acuerdo con la política que apoyó en un principio, en cuyo caso querría cambiar su voto, independientemente del tiempo transcurrido desde la elección anterior. El ciudadano descontento, de alguna forma -que analizaré después-, recurriría a su derecho democrático, y haría su cambio de voto en el momento que cada uno considere necesario. Se podría obtener un sondeo del total de los votos, constante -garantizando siempre el anonimato-, prácticamente diario, del conjunto de los votos que tiene cada partido actualmente, y eventualmente, cuando haya un gran cambio de las preferencias de los ciudadanos, que se verán reflejadas en la estadística global que se puede sacar, al igual que se saca cada cuatro años, habrá un cambio de gobierno. Esto sería lo más parecido a una auténtica dictadura del pueblo, donde los políticos serían "servidores" de lo que el pueblo decide, no al revés, como sucede ahora en algunos casos. Si no fueran "servidores", la cada vez más numerosa gente descontenta cambiaría su voto, y habría un cambio de gobierno. Se debería hacer un estudio de la volubilidad del criterio político de la gente, pero creo que, aunque puede haber gente muy voluble, o muy poco voluble, sería una minoría -Campana de Gauss- y la estabilidad del sistema democrático no se vería influenciada, de todas formas sería necesario un profundo estudio. Sería necesario establecer unos márgenes de actuación en caso de que el voto se invierta hacia el partido contrario, estos márgenes podrían ser una desviación específica respecto a la media, además de un tiempo medio hasta que se ejecute el cambio de gobierno. Es decir, que una vez que un partido de la oposición supere, en un cierto porcentaje de votos al partido en el gobierno y superado un margen de tiempo, dado al gobierno actual para cambiar su dirección política, habría un cambio de gobierno. Estos márgenes los deberá establecer el Poder Judicial, es decir, la Ley con la Constitución en la mano, para garantizar siempre la democracia. Está claro por lo que observamos en la vida cotidiana que el margen que se le da al gobierno para cambiar su actuación -4 años- es demasiado grande. Otra cosa evidente es que la clase política nunca estará de acuerdo con esta idea, ya que la política perdería parte de los atractivos que tiene hoy en día; así, la gente que se dedique a la política lo hará realmente por vocación, realizando un trabajo más duro y seguramente con mayor motivación, que la que aparentan algunos políticos actuales. No serían tan importantes todos los beneficios y amiguismos del sistema político con el sistema capitalista actual, que salen de esta posición política. MEDIOS DE COMUNICACIÓN Hoy en día la gente recurre a los medios de comunicación para obtener una visión general y subjetiva de los acontecimientos que le rodean, más allá de su entorno físico. Es decir, la gente confía, más o menos, en los medios de comunicación para obtener una visión del mundo. Ésto es debido a la curiosidad casi innata que tenemos las personas. A partir de los datos globales que obtenemos de las distintas fuentes, nos hacemos una opinión subjetiva de la realidad, y en esta realidad el gobierno aparece en mayor o menor medida. Es el derecho a la opinión subjetiva lo que sustenta la democracia, y está opinión debería escucharse con más fuerza. El papel de los medios de comunicación en este sistema es el mismo que el que tienen ahora, pero creo que deberían darse cuenta de su propia importancia en la garantía de la democracia, siendo conscientes y responsables de que lo que emiten lo recibe la gente, y que la gente no es simplemente dinero en sus bolsillos, es también la gente que ejerce la democracia, la gente que va a decidir en qué gobierno van a vivir los propios periodistas. Está claro que muchos medios son conscientes de su influencia, y la ejercen de una manera bastante eficaz, el problema es que a veces la ejercen para su propio beneficio económico, no para el beneficio global. También son los medios los que deberían autorregularse y vigilar por la veracidad de los demás medios, haciendo una crítica a sí mismos, es decir, una crítica entre ellos. Ésto, por suerte, ya sucede actualmente. DEMOCRACIA ARISTOCRÁTICA La palabra aristocracia asusta un poco, porque nos recuerda a sistemas aristocráticos anteriores, pero aplicada en un contexto de democracia pierde su fuerza histórica. La aristocracia -del griego aristos, el mejor, y krátos, poder- significa "el gobierno de los mejores". Para solucionar el problema de los extraños cambios de carteras, creo que sería mejor que ciertos cargos sean independientes de la política, cargos que se analizarían en un estudio más profundo, como el de Ministro de Educación y Cultura o el Ministro de Sanidad. No entiendo cómo una persona no experta en sanidad, un tema bastante complejo, puede llevar una cartera de sanidad, y en la cultura puedo decir algo parecido, pero los resultados son más espeluznantes, ya que la cultura, la educación de la gente, depende de lo que decidan determinados cargos circunstanciales que en muchos casos son medio analfabetos en el tema. La consecuencia de una mala administración de la educación y la cultura es el analfabetismo de la sociedad, es decir, que la gente tendrá cada vez menos cultura -ojo, no quiero decir para nada que sean cada vez más tontos, la inteligencia no siempre depende de la cultura, ya que hay tantos tipos de inteligencia como personas- y al tener menos cultura tendrán menos oportunidades, pero la elección política es independiente del nivel cultural, todos somos iguales, y más ante el voto. Creo que debería haber unas votaciones paralelas para estos cargos, las personas que opten a estos cargos serán elegidas democráticamente de entre los gremios, y por los gremios -p. ej. entre los médicos, o los profesores, ésto sería otro tema a analizar- y serán sometidas a un voto popular para garantizar la democracia, en caso de que el colectivo de cada gremio no represente la estadística global de todos los ciudadanos. Los medios de comunicación deberían preocuparse espontáneamente de que estos cargos independientes estén realizando una política adecuada a la que el pueblo necesita, o estén tirando medios y dinero ineficazmente. Está claro que algunos medios no se dedicarán a ésto, pero otros sí, y mucho. CONSECUENCIAS Lo primero, habría que cambiar el sistema electoral actual para facilitar el voto continuo; debería ser posible poder emitir un voto desde algún organismo oficial, cada día o cada semana. El sistema de voto electrónico puede garantizar la privacidad y la accesibilidad de este voto. Se podrían instalar máquinas accesibles, donde cada uno, con su D.N.I electrónico, por ejemplo, pueda emitir su voto cuando lo crea necesario. La electrónica y la informática dan un aspecto muy poco confiable para mucha gente, está claro que existen diversos tipos dehacking, y de suplantación de identidad, pero esos mismos problemas los tiene el sistema actual de voto por papeleta. Deberían haber comités independientes para garantizar el buen funcionamiento de estos dispositivos y garantizar así la democracia. Con un sistema como éste se podrían haber evitado situaciones indeseables por la mayoría, como el ir a la guerra de los norteamericanos con Irak, y tantos otros ejemplos. La gente estaría más satisfecha con el sistema democrático del voto constante, ya que verá que las decisiones políticas importantes serán valoradas por los demás ciudadanos, y si no hay un cambio importante de votos, todo el mundo sabrá que es porque la demás gente realmente apoya las decisiones del Estado, y si no las apoya, cambiará el gobierno. Desde luego sería necesaria una mayor participación de la gente, cosa que creo que también surgiría de forma espontánea debido a la realimentación directa que se produce entre las decisiones de la gente y su efecto en la realidad política y en sus propias vidas. Todo ésto tiene que ser realizado en el contexto de la Constitución y la Ley. No creo que ninguna de estas ideas vaya en contra de los pilares de nuestra Constitución, más bien los refuerza. |
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Publicado por VRedondoF para POLITICA el 11/29/2008 08:26:00 AM