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[A2] Admitamos la verdad sobre Euskadi

[http://blogs.periodistadigital.com/opinion.php/2008/12/06/andres-aberasturi-admitamos-la-verdad-sobre-eu-813]

Admitamos la verdad sobre Euskadi


MADRID, 5 (OTR/PRESS)
Podemos elucubrar sobre una partida de mus, asegurar, otra vez, que la democracia va a ganar al terrorismo, enzarzarnos sobre la salud moral de la sociedad vasca o guardar un minuto de silencio por la última víctima. Podemos -y seguramente debemos- hacer todo eso y mucho más; pero a punto de comenzar el 2009, cuando la Constitución cumple 30 años y todos andamos preocupados por la crisis económica, lo único cierto es que ETA sigue ahí, apretando el gatillo, dejando sobre las aceras de pueblos y ciudades un reguero de sangre.
Podemos hablar del pan y de los peces y discutir muy profundamente sobre la salud moral del pueblo vasco. Pero hay cosas que nos son discutibles, que son hechos objetivos y están ahí y conviene sacar de vez en cuando a luz, poner sobre la mesa y reconocer, fríamente, que en 7234 kilómetros cuadrados del estado español, la democracia en toda su grandeza es hoy por hoy sólo una palabra, una liturgia formal, un sistema pero no una vivencia.
Y las cifras son las que son y los hechos resultan tercos y evidentes. Según Mikel Buesa, 378.700 vascos han tenido que abandonar su tierra "asfixiados por la falta de libertad" o amenazados por ETA. La cifra puede ser discutible pero no la realidad de que, a lo largo de las tres últimas décadas, miles de vascos se han visto obligados a exiliarse. Y cuando eso ocurre en una sociedad, es que la democracia carece de contenidos.
El mismísimo lehendakari Ibarretxe afirmaba hace unos días algo que no es sino el reconocimiento de la anormalidad democrática: "ser empresario en esta país (vasco) es desarrollar una tarea de valientes". La frase resulta absolutamente demoledora y es toda una declaración de un desorden social impropio de una democracia.
Cuando un cuñado de Uría no pudo reprimir el dolor por el asesinato del empresario, simpatizantes de ANV le increparon en plena calle: "nosotros también hemos sufrido y seguimos sufriendo" y le exigieron que "dejase de montar el numerito". Por cierto: el cuñado de Uria decidió no dar su nombre a los medios de comunicación.
Si a todo esto añadimos lo que tantas veces han repetido algunos -solo algunos- como que en Euskadi llevan escolta los demócratas y ellos son los que están en peligro, como que en muchos pueblos resulta recomendable no mantener conversaciones cercanas a la política, como que no es bueno comprar ciertos periódicos etc. hace falta ser muy generoso para no darse cuenta de que en esos 7.234 kilómetros cuadrados, la democracia no ha llegado a instalarse más que formalmente. Con tales antecedentes ningún foro internacional admitiría esa sociedad como realmente democrática.
Obviamos esa realidad demasiadas veces porque me parece injusto -y yo soy el primero en negarlo- hablar de una "sociedad enferma". Pero que al menos reconozcan los que defiende esa falsa normalidad que algo no funciona en Euskadi. Ninguna sociedad es culpable o inocente de nada; en la mayor parte de los casos suele ser la víctima de una minoría de fanáticos. Pero sea como fuere, se quieran ver las cosas desde un punto de vista o desde otro, lo cierto que es que hay un déficit de democracia evidente, que falta libertad y que el miedo sigue estando presente. Quizás a partir de ese reconocimiento, de esa aceptación, se pueda hacer un diagnóstico que estreche más el campo de actuación de quienes son los únicos enemigos de la libertad.
Andrés Aberasturi.


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Publicado por VRedondoF para A2 el 12/06/2008 10:45:00 AM