Cinco consejos tras 34 años como analista
@S. McCoy - 29/04/2008 06:00h
Los que siguen a diario este Valor Añadido como un sano ejercicio de mortificación, cosa que, como no podía ser de otra manera, les agradezco infinito, saben que, en el fondo, este McCoy que les escribe es un sentimental, vivamente impresionable por hechos que, para el común de los mortales, parecerían nimios o intrascendentes. Sinceramente no creo que sea ni un defecto ni una virtud. Pero sí pienso que aporta una cierta sensibilidad a la hora de descubrir historias, mejores o peores, donde otros no las ven. Como la que les traigo a colación hoy y que, aun de lejos, me afecta personalmente.
Tras 34 años haciendo análisis de valores en distintos medios financieros, Herb Greenberg se va de Market Watch para fundar su propia compañía. Este hecho no sería una noticia en sí, si no fuera por los paralelismos que siempre he visto entre su columna y la mía, salvando la inevitable distancia de su mayor experiencia. Aplicación de sentido común, visión crítica de la realidad y mordacidad en la exposición con la mente puesta no tanto en qué hay a ganar (rentabilidad, que es de lo que habla casi todo el mundo, el clausulado principal del contrato) sino en cuánto se puede llegar a perder (riesgo, la letra pequeña que pocos se paran a mirar y a muchos les interesa ocultar). Frente a la versión oficial y la complacencia o seguidismo de una parte importante del mercado, el criterio propio, acertado o erróneo, sustentado sobre esos tres principios básicos aderezados, en mi caso, con un ingrediente más: la búsqueda constante del debate en la seguridad de que los lectores están intelectualmente a años luz de lo que un treintañero tardío como yo puede aportar. Gracias a Dios, es lo bueno de la Red, todos los días te ponen en tu sitio, con razón o sin ella. Un aliciente para mejorar.
Por eso, creo que es de justicia hacer al cenizo Greenberg, un calificativo que, a juicio de algunos, define también a McCoy, un pequeño homenaje recogiendo en esta columna su, el que podría parecer, decepcionante, por aséptico y breve, epitafio de ayer. Un corolario que trata de resumir la esencia de lo que ha sido su trayectoria en cinco grandes consejos, "obvios y simples pero ignorados con frecuencia en el fragor del combate", que me permito literalmente reproducir.
Lección 1. Los números no mienten. Cualquiera que sea la forma en que hayan sido cocinados, siempre son los poseedores de las llaves del reino. Es la razón por la que a algunos vendedores en corto o analistas "fúnebres" no les gusta hablar con las compañías objeto de sus transacciones. Quieren evitar que cualquier cara a cara pueda crear un vínculo psicológico entre ellos y el equipo directivo que condicione el análisis aséptico derivado de las cifras. Nunca subestimen el poder y la influencia del factor humano. (Ejemplo práctico: el wining and dining de Bañuelos en el apogeo de Astroc).
Lección 2. Lo importante es la calidad no la cantidad. Ignoren los titulares sobre beneficios que se ciñen a si han superado o no la cifra prevista por el conjunto de los analistas de Wall Street. Lo que cuenta no es el continente, sino el contenido: la verdadera historia se encuentra en el balance. No olviden tampoco la generación de caja libre. Y un consejo final: cuanto más complejas y sofisticadas sean las cuentas anuales, especialmente si se trata de negocios de fácil comprensión, mayor es la razón para preocuparse. (Ejemplo práctico: si quieren saber la diferencia entre liquidez y beneficios, pregunten a las inmobiliarias, pregunten).
Lección 3. La aplicación de las normas internacionales de contabilidad no presuponen un estándar de calidad. Normalmente incluyen un montón de zonas grises que dan a los gestores cuerda suficiente como para ahorcarse, si quieren. Tales principios están, inevitablemente, sujetos a interpretación y algunos directivos son más conservadores que otros. No lo olviden: que la contabilidad sea preceptiva legalmente no implica que sus resultados puedan ser un desastre. (Ejemplo práctico: miren lo que una duda, fundada o no, puede causar con un valor como Solaria).
Lección 4. No confundan acciones y compañías (o precio y valor). A veces van en direcciones contrarias. Las acciones mienten a conciencia en algunas ocasiones como cuando hay una rotación en el mercado de un sector a otro, se producen cierres agresivos de cortos sobre un valor al saltar los límites de pérdida de los operadores, o el momentum lleva a algunos títulos hasta el infinito y más allá sin tener en cuenta que este factor de mercado también tiene su lado oscuro, conocido como momentum inverso, que llega cuando menos te lo esperas. (Ejemplo práctico: cuál es el valor real de Sacyr, o de la misma Astroc).
Lección 5. Riesgo no es sólo una palabra de seis letras. Antes de comprar, en lugar de preguntarse cuánto puede ganar, cuestiónese primero qué está dispuesto a perder. Es lo que hacen los dueños del dinero verdaderamente inteligente.
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Publicado por VRedondoF para FINANZAS el 4/29/2008 09:22:00 AM